ARTICULO PUBLICADO ¿Por qué son importantes las vacaciones?


 ¿Por qué son importantes las vacaciones? Por Lorena P. Aguirre[1]

 Pensar es preguntarse. ¿Las vacaciones son importantes? Creemos que algo es importante cuando uno decide que lo sea. Muchas veces no le damos el valor a ciertas cosas que lo ameritan. Todo el año se esperan las vacaciones, indudablemente, las vacaciones son importantes, reflexionemos porque...

 Etimológicamente, vacaciones deviene del latín “vacans”, participio del verbo vacare: estar libre, desocupado. En nuestra vida cotidiana significa parar de hacer lo que hacemos todo el año o habitualmente. Uno deja de hacer lo que habitualmente hace para descansar. Entonces en primer lugar, las vacaciones tienen que ver con la PAUSA, esa pausa para nosotros mismos, sin exigencias externas, ni internas, sin horarios, sin cumplimientos. Esa pausa en la que emerge el ocio, el aburrimiento, lo inesperado… o lo esperado del tedio. Talvez las vacaciones sean una invitación a disfrutar del OCIO. Dicen que el ocio es un gran maestro. En la Antigua Grecia se consideraba que el ocio era el tiempo auténticamente humano, un tiempo creativo por excelencia. Parar la máquina del trabajo en la época de la productividad también nos ofrece habitar nuestro tiempo de otra manera en nuestra vida. En nuestra cultura actual que busca siempre los “resultados ya”, el ocio se presenta como “perder el tiempo” pero ¿de quién perdernos el tiempo? ¿Es nuestro tiempo el que perdemos o es el de la empresa, proyecto, mandato cultural? Entre la pausa y el ocio pueden aparecer cosas interesantes que se exploran desde el interior al exterior de uno mismo, y que incluso nutra a posterior el proyecto o la empresa u objetivo laboral. La pausa y el ocio traen oxigeno nuevo, aire necesario para que se establezca ese corte necesario que opera aliviando, calmando, generando otra cosa.  

 En segundo lugar, podríamos relacionar las vacaciones con la búsqueda del PLACER: el jugar, el pasear, el viajar, el hacer lo que nos gusta, lo que sentimos. Allí pueden surgir grandes apasionamientos por algo.  Según S. Freud el principio del placer gobierna nuestra vida anímica (junto al principio de realidad). El placer es vivido como un alivio de la tensión psíquica. Esta búsqueda del placer es clara en las infancias, ellas quieren las cosas que les generan placer y evitan el dolor. A medida que van creciendo, las infancias y adolescencias, comprenden que deben tolerar y retrasar la gratificación, y se vuelven de a poco más realistas. El adulto se vuelve demasiado realista y tiende a perder placer. Es parte de la salud no perderlo. Viajar, hacer deportes, leer un cuento o libro nuevo, dibujar, escribir, mirar películas, andar en bici, estar al aire libre, compartir más con los familiares y amigos. Disfrutar lo que nos ofrece la cultura, la naturaleza, la vida, eso nos ayuda a construirnos como personas y repensar nuestra vida. Todo viaje es un enriquecimiento personal: hace pensar y ver cosas nuevas. Y Un viaje puede ser no solamente un viaje propiamente dicho sino también un buen libro, una juntada con amigos, una película o alguna experiencia que nos nutre y saca del mundo habitual para ofrecernos otros mundos posibles. El vivir experiencias placenteras favorece el sentido de la vida y el bienestar como sentimiento profundo interior. Las infancias necesitan experimentar estas vivencias junto a sus padres o adultos a cargo, porque se les transmite justamente un sentido de la vida, que no solo tenga que ver con lo útil, lo productivo. Las adulteces también necesitan recuperar ese sentido, y solo dependerá de cada uno esa recuperación y ese cuidado del tiempo propio, de la pausa, del ocio, del placer.

 Por eso, desde los planteos políticos y sociales las vacaciones tienen que ver con una perspectiva de DERECHOS, donde se plantea el descanso como algo necesario para el ser humano. Desde los derechos humanos internacionales creados después de la Segunda Guerra mundial, donde Argentina también los adopta en la constitución nacional hasta los derechos tangibles y concretos que los tenemos que hacer valer día a día: el derecho a la siesta, a andar descalzo y sin zapato y medias, a tirarse al rio y/o al mar, arroyito, derecho al choripán dice Marcelo Percia, como el derecho a soñar, a jugar o aburrirse…

 

Ya… en la era de los derechos, las vacaciones dependen de nosotros, hay que defenderlas, darles lugar, son como “una hoja en blanco” que, si las aprovechamos bien sirven para mejorar nuestra calidad de vida. Por eso tienen que ver con la salud. Se “pierde tiempo” para ganarlo interiormente, para construir nuestra salud mental, física y social, relanzando el deseo, motor de toda posibilidad de una existencia en bienestar.



[1] Psicóloga. Psicoanalista. Diseñadora gráfica e ilustradora. Magister en salud comunitaria y gestión sanitaria (Universidad de Heidelberg, 2004) Magister en Infancias e instituciones (Universidad Nacional de Mar del Plata 2023). Especialista en políticas públicas culturales (Ministerio de la Nación Argentina (2023). Actualmente, Doctoranda en “Sentidos, teorías y prácticas de la Educación” Dir. Graciela Frigerio, en la Facultad de Humanidades y ciencias de la Universidad Nacional del Litoral. Realizó diversos Posgrados en el campo de la salud mental de las infancias y adolescencias. Trabaja desde 1999 en el Sector Salud Mental del Hospital de niños Dr. O. Alassia de la ciudad de Santa Fe y desde 2014 coordina el equipo de profesionales. Es Docente e investigadora en la Universidad Nacional del litoral desde 2005. Publicó diversos artículos sobre salud mental y psicoanálisis. Es autora de los libros: “¿Qué hace un psicoanalista en un hospital?” (2021, Noveduc) y “Entre/Del desvalimiento a la creatividad” (2024, Editorial Lugar) y autora e ilustradora de varios cuentos de literatura infantil. Crea la marca Laguirreta como apuesta a la transmisión cultural como intervención comunitaria en salud/salud mental para las infancias y adolescencias. Miembro de la red INFEIES y de la Asociación Argentina de Salud Mental AASM. Su trabajo puede observarse en redes sociales: @laguirreta (Instagram).