CUENTOS
Leer ayuda a las personas a construirse, a descubrirse, a hacerse un poco más autoras de sus vidas, aun cuando se encuentren en contexto sociales desfavorecidos.
Un cuento es un atajo privilegiado para elaborar o mantener ese espacio propio, intimo y privado.
EL VIAJE ofrece esta invitación a los niños curiosos, adolescentes buscadores o adultos sensibles.
Presentación en Yenny Parana - 9 de julio, 2016
Presentación del Cuento en el Foro Cultural de la UNL Universidad Nacional del Litoral.
Santa Fe 25 de junio, 2016.
Presentación en Villa Gdor. Galvez - Junio 2016
Presentación Arroyo Seco Junio 2016 - Escuela Santa Lucia. Editorial HomoSapiens.
EL VIAJE. Las aventuras de Pepa.
de Lorena P. Aguirre (Laguirreta).
El viaje narra la historia de una niña de 8 años, Pepa, que va recorriendo diferentes lugares de su memoria: recuerdos, emociones y sentimientos, que se transforman en espacios reales, palpables. Allí comprende algunas cosa y lo que cada momento le brindó y enseñó. Finalmente, después de transitar una montaña de sensaciones y pensamientos, en esta aventura elegida encuentra algo inesperado: su propia chispa, su propia voz.
CUENTO GRANDE ... para grandes lectores...
El país de los NO
El viaje (imágenes)
Enredo y las otras tres "E"...
Bostezó
y se estiró. Rascándose la cabeza se puso un palito en la boca. Pocos duendes
eran como Rómulo. Vivía en el jardín de una casa en Villa California, un
conocido barrio de la localidad de Rincón, en Santa Fe. Este lugar parecía un bosquecito.
Tenía tanta belleza natural de diferentes verdes que muchos duendes vivían allí.
¡Famoso era el Rómulo che! Era uno de los más respetados no por su sabiduría,
sino por su ¡gran napia!En
esta casa vivía Sara y su familia. Ellos
disfrutaban mucho del jardín. La mamá hacia jardinería y siempre trabajaba para
que las plantas tuviesen muchas flores de distingos colores. El papá tenía un
gran taller de carpintería en el fondo. Sara, todas las tardes después de la
escuela, paseaba por todo el jardín buscando cosas nuevas.Un
domingo Rómulo le hizo una travesura a Sara. Mientras ella dormía en su hamaca
paraguaya, le enredó su cabello. Sara nunca veía a Rómulo ni a ningún duende. Ni
sus padres incluso sabían que existían. En cambio muchos duendes podían ver a
las personas.Cuando
Sara se despertó no se dio cuenta de su cabello y jugó largo rato sin
problemas. Luego se vio en el espejo…
lanzó un grito grande como un elefante. Pasó su peine una y otra vez, cada
vez era peor, más grande era el enredo de su largo pelo. Su cabeza era un
ovillo de lana enmarañado.Estuvo
horas frente al espejo intentando solucionar sin resultado alentador. Se enojó mucho, pataleó, lloró y gritó. De
tanta bronca quedo afónica. Su madre la abrazó fuerte pero no pudo resolverle
el problema. Quedó agotada, ¡pobre Sara!… y se fue a dormir.Cuando
se despertó se miró nuevamente en el espejo pero esta vez con otra actitud. Cada
día que pasaba su cabello mejoraba. Juntaba coraje e iba a la plaza igual. Al
principio los chicos se le burlaban pero después le preguntaban cómo iba su enredo. En ese tiempo hizo muchos amigos, se compró
muchos peines de diferentes tamaños, probó muchos métodos y se hizo más amiga
de su mamá porque ella le ayudaba todos los días a mejorar su aspecto. Sara
comenzó a entender que no era cuestión de peine, gomita, hebilla, cepillo, etc.
Hay cosas que se logran con el tiempo. Cada vez que veía su imagen al espejo ya
no se decepcionaba tanto como antes.Con
los días el enredo con nudos se fue deslizando y alejando de su rostro. Pronto desapareció. Una mañana Sara se
despertó sin su enredo y volvió a mirarse al espejo con curiosidad. Misteriosamente,
esta vez el espejo le sonrió.
El archipiélago invisible
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